Sabidurias Ancestrales

Las enseñanzas de las mujeres indígenas, tanto mayas, chichimecas, Mexicas y de Oaxaca con las que he convivido, compartido y trabajado desde hace 20 años, nos recuerdan que el sentido de la vida se desvela en la reconexión con nuestro fuego interior: nuestro corazón. La reconexión con el corazón implica desacelerar el movimiento y sentir; volver a lo sencillo, a lo cotidiano, los ciclos de la naturaleza, del sol y la luna en nuestra vida. Cuando se aprehende la vida desde el corazón, y no desde la coraza que hemos construido para sobrevivir, podemos fluir con la vida. Una mirada más integradora y generosa puede tomar lugar: La mirada del Kabawil (una mirada capaz de integrar la dualidad en la cosmovisión maya).

Al transformar nuestra percepción, nuestra vida cambia. Dejamos de vivir la vida como una lucha y oposición constante entre lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto. En este proceso, dejamos de juzgar(nos) y separar(nos). Nos sentimos amadas por la vida. Nos enseñan que tanto nuestras cualidades como nuestras limitaciones pueden ser aceptadas para ser abrazadas, para crear suavidad, seguridad y belleza para nuestras vidas.  Dejamos el anhelo de perfección, ensanchamos el corazón y con él la conciencia.

En contacto con las enseñanzas de las curanderas, aprendemos que cada uno de los elementos de la naturaleza y seres vivos tiene su función y medicina para la generación y auto-regulación de la vida; medicina y energía que está a nuestra disposición cuando lo necesitemos para sostener y re-generar nuestras propias vidas.

¡Tú eres la medicina!

Poema de María Sabina, curandera oaxaqueña (1894-1985):

Cúrate mijita, con la luz del sol y los rayos de la luna.

Con el sonido del río y la cascada. Con el vaivén del mar y el aleteo de las aves.

Cúrate mijita, con las hojas de la menta y la hierbabuena, con el neem y el eucalipto. Endúlzate con lavanda, romero y manzanilla.

Abrázate con el grano de cacao y un toque de canela. Ponle amor al té en lugar de azúcar y tómalo mirando las estrellas.

Cúrate mijita, con los besos que te da el viento y los abrazos de la lluvia.

Hazte fuerte con los pies descalzos en la tierra y con todo lo que de ella nace. Vuélvete cada día más lista haciendo caso a tu intuición, mirando el mundo con el ojito de tu frente.

Salta, baila, canta, para que vivas más feliz. Cúrate mijita, con amor bonito, y recuerda siempre…¡Tú eres la medicina!!»

Armonización de cuatro elementos, limpias, levantamiento de sombra, cura de espanto, mal de ojo, masaje de arreglo de cuerdas, masaje linfático, manejo orgánico del empacho, colocación de ventosas, reboseo o manteado (acomodo de vísceras abdominales, de matriz y cerrada de cadera), manejo de medicina placentaria (encapsulado, parches, tintura), medicina con productos herbolarios, autovacuna.

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